El riesgo de cistitis aumenta en verano, debido a que es en esta época cuando prolifera su principal causante, la bacteria Escherichia coli, y aumentan las prácticas de riesgo relacionadas con su contagio, como las relaciones sexuales y el baño en lugares públicos, según una revisión de estudios realizada por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO). Para reducir el riesgo de infección, han iniciado una campaña de concienciación en las farmacias, en la que se recomiendan pautas de higiene y la toma de cranberry en mujeres que sufren infecciones recurrentes de vías urinarias.
La Asociación Española de Urología, en su guía multidisciplinar sobre cistitis, advierte que entre el 50 y 60% de las mujeres premenopáusicas sufre alguna infección del tracto urinario (el 90% de las cuales son cistitis), y el pico de incidencia “se observa entre los 18 y los 39 años, coincidiendo con la edad de máxima actividad sexual en la mujer”. Las relaciones sexuales “son responsables del 80% de las infecciones urinarias y es en verano cuando más se incrementan”, destaca el doctor Juan Carlos Ruiz de la Roja, director del Instituto Urológico.
Una investigación publicada en el último número de la revista Infection and Inmunity ha confirmado que la E. coli “es responsable de la mayoría de las infecciones urinarias”. Y es en verano cuando más aumentan, según un metaanálisis publicado en Plos One. La causa se desconoce, pero los autores apuntan que “las temperaturas elevadas podrían incrementar la supervivencia y proliferación de los patógenos”.
Otros factores que incrementan el riesgo de infección en esta época, según el doctor Ruiz de la Roja, son el baño en lugares públicos, debido a “los bañadores mojados”, y el cambio de hábitos de alimentación. Las comidas ácidas o especiadas, la cafeína, el alcohol y las bebidas carbonatadas, cuyo consumo se incrementa en esta época, son una causa del aumento de los episodios de cistitis, según advierte la Asociación Médica Americana, que recomienda suprimir su consumo a quienes la sufren.
Por su parte, el doctor Ruiz de la Roja también aconseja beber abundante líquido, orinar justo después de una relación sexual y tomar una dosis cada 12 horas de preparados farmacéuticos de cranberry, como pauta el Libro Blanco elaborado por la Sociedad Iberoamericana de Neurourología y Uroginecología y la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria. La dosis óptima para prevenir los episodios de cistitis, añade este experto, es de preparados con una composición de “140 mg de proantocianidinas (PAC), según método de análisis de la Farmacopea Europea, en dos tomas, para garantizar una actuación uniforme”.
Nuevas evidencias sobre el cranberry en cistitis
Nuevos ensayos clínicos han confirmado esta eficacia del cranberry en las cistitis. Así, la revista Phytomedicine publicó una investigación en el mes de abril en la que concluía que el cranberry “podría ser usado con eficacia en la prevención y eliminación de las infecciones del tracto urinario, especialmente las recurrentes”. Las propiedades del cranberry se atribuyen a sus proantocianidinas, que impiden que las bacterias, especialmente la E. coli, se adhieran a las paredes del tracto urinario hasta en un 80%, según comprobó un equipo de la Universidad de Rennes (Francia) en un ensayo publicado este año en la revista Journal of Medicinal Food.
SOBRE EL CRANBERRY
El cranberry, o arándano rojo americano, es eficaz en el tratamiento preventivo de las infecciones urinarias de repetición -cistitis- por su alto contenido en proantocianidinas (PAC), responsables de inhibir la acción de la bacteria Escherichia coli en la vejiga y uretra.Sin embargo, para garantizar la eficacia y seguridad del cranberry “es imprescindible que se encuentren en forma de preparado farmacéutico estandarizado, como cápsulas o comprimidos, en los que se detalle la cantidad de PACs , así como la posología y las indicaciones”, explica Teresa Ortega, profesora de Farmacología de la Universidad Complutense y vicepresidenta de INFITO.
A diferencia de los antibióticos, el cranberry “está exento de efectos secundarios de consideración y puede tomarse durante periodos prolongados, tanto como prevención como en tratamiento, en combinación con los antibióticos”, comenta. Tanto es así que incluso sus preparados farmacéuticos pueden utilizarse en el embarazo, como recoge el Libro Blanco.
Uno de los problemas del tratamiento de la cistitis es la resistencia bacteriana a los antibióticos, advierte el doctor De la Roja. Según un reciente estudio publicado en la revista Praxis “la resistencia farmacológica de la Escherichia coli, el uropatógeno más frecuente, se ha incrementado en todo el mundo”. Los investigadores, de la Universidad de Zurich, comprobaron que la resistencia a todas las clases de antibióticos indicados para las vías urinarias había aumentado. Una de las causas es el uso indiscriminado de antibióticos en invierno, como ha demostrado un equipo de la Universidad de Princeton (EE.UU) publicado en el último número de la revista Clinical of Infectious Diseases.